Características de los programas de EIS eficaces

La investigación demuestra que la EIS basada en un currículo contribuye a:

  • Iniciación demorada de la actividad sexual,
  • Menor frecuencia de las relaciones sexuales,
  • Menor número de parejas sexuales,
  • Menos comportamientos de riesgo,
  • Mayor uso de condones
  • Mayor uso de anticonceptivos

[Fuente: UNESCO. 2018. Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad, p. 28.]

La educación sexual tiene un impacto mayor cuando los programas escolares se complementan con elementos comunitarios, entre ellos la distribución de preservativos; la capacitación de prestadores y prestadoras de salud para que brinden servicios orientados a la juventud; y el involucramiento de padres, madres y docentes (Chandra-Mouli et al., 2015; Fonner et al., 2014; UNESCO, 2015a). Los programas de componentes múltiples, especialmente aquellos que combinan la educación sexual en entornos educativos con servicios de salud no escolares orientados a la juventud, son especialmente importantes para alcanzar a los y las jóvenes marginados, incluidos aquellos que no se encuentran escolarizados (UNESCO, 2016c).

[Fuente: UNESCO. 2018. Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad, p. 32]

Los programas de EIS eficaces, son aquellos que:
  1. Involucran expertos y expertas en investigación sobre la sexualidad humana, cambios en el comportamiento y teorías pedagógicas relacionadas con estos temas en el desarrollo del currículo
  2. Evalúan las necesidades y comportamientos de los y las jóvenes relacionados con la salud reproductiva para informar el desarrollo del modelo lógico
  3. Utilizan un enfoque de modelo lógico que especifica los objetivos de salud, los tipos de comportamiento que afectan dichos objetivos, los factores de riesgo y de protección que afectan dichos tipos de comportamiento, y las actividades para cambiar dichos factores de riesgo y de protección
  4. Diseñan actividades sensibles a los valores de la comunidad y coherentes con los recursos disponibles (p. ej., tiempo y competencias del personal, espacio de las instalaciones y suministros)
  5. Llevan a cabo una prueba piloto del programa y obtienen retroalimentación continua de los y las estudiantes sobre cómo el programa está satisfaciendo sus necesidades
  6. Establecen objetivos claros al determinar el contenido, el enfoque y las actividades del currículo. Estos objetivos deberían incluir la prevención del VIH, de otras ITS o de embarazos no deseados
  7. Se concentran estrictamente en comportamientos sexuales y de protección riesgosos que los lleven directamente a estos objetivos de salud
  8. Abordan situaciones específicas que podrían derivar en relaciones sexuales no consentidas o sin protección, cómo evitarlas y cómo salir de ellas
  9. Dan un mensaje claro sobre los comportamientos para reducir los riesgos de las ITS o de embarazo
  10. Se concentran en factores de riesgo y de protección específicos que afectan determinados comportamientos sexuales y que son susceptibles de cambio gracias al programa basado en un currículo (p. ej., conocimiento, valores, normas sociales, actitudes y competencias)
  11. Utilizan métodos de enseñanza participativos que involucran a los y las estudiantes activamente, y que les permiten internalizar e incorporar la información
  12. Implementan variadas actividades de carácter pedagógico diseñadas para cambiar cada uno de los factores de riesgo y de protección 
  13. Brindan información científicamente rigurosa sobre los riesgos de mantener relaciones sexuales sin protección y los diferentes métodos de protección
  14. Abordan las percepciones del riesgo (en especial la susceptibilidad)
  15. Lidian con los valores y las percepciones personales de las normas familiares y entre pares con respecto a mantener relaciones sexuales o tener múltiples parejas
  16. Se ocupan de las actitudes individuales y normas entre pares respecto a los preservativos y los anticonceptivos
  17. Abordan las competencias y la eficacia personal para hacer uso de esas competencias
  18. Abarcan los temas siguiendo una secuencia lógica

Entre los factores del éxito se encuentran:

  • el compromiso de afrontar la prevención del VIH y el SIDA y la educación sexual, reflejado en un contexto de políticas favorable;
  • la tradición de abordar la sexualidad en el sistema educativo, aún de manera experimental;
  • la sensibilización preparatoria de directores de los centros escolares, docentes y miembros de la comunidad;
  • las alianzas (y los mecanismos formales para establecerlos), por ejemplo, entre los ministerios de educación y de salud, y entre organizaciones públicas y de la sociedad civil;
  • los organismos y grupos que aporten y representen las perspectivas de los jóvenes;
  • procesos colaborativos de revisión de currículos y planes de estudios;
  • la existencia de las organizaciones de la sociedad civil dispuestas a promover la causa de la educación sexual integral, incluso frente a una oposición importante;
  • la identificación de los “aliados” entre los responsables de la toma decisiones y su participación activa;
  • el apoyo a la formación de los docentes y a la difusión de materiales adecuados;
  • el acceso a un apoyo técnico adecuado (de parte de asociados de las Nacionaes Unidas y de organismos internacionales no gubernamentales, entre otros), por ejemplo, en materia de sensibilización de los responsables de la toma de decisiones, promoción de los métodos de aprendizaje participativo entre el personal docente, y participación en redes y reuniones internacionales
  • la participación de los y las jóvenes en la sensibilización de los padres, los docentes y los responsables de la toma de decisiones;
  • la existencia de oportunidades para que los responsables de la toma de decisiones participen en educación sexual en la escuela por medio de la observación y el diálogo con los docentes y alumnos;
  • la eliminación de barreras específicas a la educación sexual integral, como la retirada de material docente homofóbico;
  • la voluntad de recurrir a organismos normativos y jurídicos internacionales.

[Fuente: UNESCO. 2010. Factores del éxito: estudios de casos de programas nacionales de educación sexual, p. 9.]