Marcos normativos para la EIS

Entender el contexto para la EIS

Un entorno propicio a nivel legal y de políticas es crítico para la promoción de la salud sexual. Aunque se sigue trabajando en asegurar que el contenido y el dictado de la EIS beneficie a todas las personas jóvenes, hay un compromiso político creciente para proveer EIS a nivel mundial. La mayoría de los países están incorporando las investigaciones y las recomendaciones, lo cual demuestra la eficacia de la EIS, y buscan reforzar su implementación a nivel nacional.

[Fuente: UNESCO. 2015. Emerging evidence, lessons and practice in comprehensive sexuality education: a global review, 2015.]

Los países se comprometieron en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas “a acelerar los esfuerzos encaminados a aumentar la educación general amplia, adecuada a la edad y científicamente exacta, pertienente para los contextos culturales, que proporcione a los adolescentes y las adolescentes y a las mujeres y a los hombres jóvenes, dentro y fuera de la escuela [...] información sobre la salud sexual y reproductiva y la prevención del VIH, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer, los derechos humanos, el desarrollo físico, psicológico y puberal, y el poder en las relaciones entre hombres y mujeres para que puedan desarrollar habilidades en relación con su autoestima, la adopción de decisiones informadas, la comunicación y la reducción de riesgos, y desarrollar relaciones respetuosas” (Organización de las Naciones Unidas, 2016).

[Fuente: Equipo del Informe GEM. 2019. Encarar los hechos: el caso de la educación integral en sexualidad.]

Convenciones y acuerdos internacionales seleccionados

 

  • El programa de acción aprobado en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), la Plataforma de Acción de Pekín y los documentos finales de sus conferencias de examen, exhortan al gobierno a: “Prestar completa atención a satisfacer las necesidades de los servicios de salud sexual y reproductiva, de información y de educación de los y las jóvenes, respetando plenamente su privacidad y confidencialidad, libre de discriminación y violencia; y a brindarles educación integral con base empírica sobre la sexualidad humana, la salud sexual y reproductiva, los derechos humanos y la igualdad de género, para permitirles lidiar con su sexualidad de forma positiva y responsable”.
  • La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual incluye los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se establece para: “Garantizar vidas saludables y promover el bienestar en todas las etapas (ODS3); Garantizar educación de calidad, inclusiva y equitativa, y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos (ODS4); Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas (ODS5)”.
  • El Consejo de Derechos Humanos exhorta a los Estados a: “Desarrollar e implementar programas educativos y material de enseñanza, lo que incluye a la educación integral en sexualidad, basados en información completa y rigurosa, para todos los y las adolescentes y la juventud en una forma que sea coherente con sus capacidades en desarrollo”.
  • El Comité de los Derechos del Niño insta a los Estados a que: “La educación en salud sexual y reproductiva adecuada a la edad, integral e inclusiva, basada en evidencia científica y en estándares de derechos humanos, y desarrollada en conjunto con los y las adolescentes, debe ser parte del currículo obligatorio y debe llegar a los y las adolescentes no escolarizados”.
  • El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales recomienda que: “El ejercicio del derecho a la salud sexual y reproductiva requiere que los Estados cumplan con sus obligaciones, como el derecho a educación sexual y reproductiva que sea integral, no discriminatoria, con base empírica, científicamente rigurosa y adecuada a la edad”.